Motivación
Definimos la motivación como
el deseo de hacer mucho esfuerzo por alcanzar las metas de la organización,
condicionando por la posibilidad de satisfacer algunas necesidades
individuales. Si bien la motivación general se refiere al esfuerzo por
conseguir cualquier meta, nos concentraremos en las metas organizacionales a
fin de reflejar nuestro interés primordial por el comportamiento conexo con el
trabajo.
Los tres elementos básicos en
nuestra definición son esfuerzo, metas organizacionales y necesidades. El
elemento de esfuerzo es una medida de la intensidad. Cuando alguien está
motivado, suele poner todo su empeño. Pero los altos niveles de esfuerzo
difícilmente dan resultados favorables en la realización del trabajo, a menos
que se canalicen en una dirección que redunde en beneficio de la empresa. Por
consiguiente, hemos de tener en cuenta la calidad del esfuerzo y también su
intensidad.
El esfuerzo dirigido hacia las
metas de la organización y compatibles con ellas es el tipo que hemos de
buscar. Por último, trataremos la motivación como un proceso satisfactor de
necesidades. En nuestra terminología, una necesidad significa algún estado que
hace atractivos ciertos resultados.
Una necesidad insatisfecha
crea tensión que estimula impulsos en el interior del individuo. Estos impulsos
generan un comportamiento de búsquedas tendientes a encontrar metas especiales
que, si se consiguen, satisfarán la necesidad y atenuaran la tensión. Por
tanto, podemos decir que los empleados motivados se hallan en un estado de
tensión. Para aliviarla toman algunas medidas.
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